El Puente de cristal ha motivado a cientos de personas de todas las edades a escalar hasta la cima del Faro para disfrutar del paisaje
Este pueblo mágico es uno de los más encantadores de Puebla. Aquí, el pan es de queso, los refrescos de manzana natural y los relojes gigantes y musicales. Pero hay más, y uno de esos atractivos es el mirador de cristal desde el cual se puede apreciar la bella Barranca de los Jilgueros.
A muy pocas cuadras de la plaza principal, justo a espaldas del Panteón Municipal, se encuentra el Mirador de la Barranca, un espacio único en su tipo, que te hace sentir casi en las nubes. Y es que al ser totalmente de cristal te brinda una sensación de libertad, como si estuvieras a punto de emprender el vuelo hacia la sierra.
Desde este lugar se alcanza a ver la cascada Cola de Caballo y algunas casitas rústicas que se esconden entre la naturaleza.
Esta estructura de concreto hidráulico, acero inoxidable y cristal templado se ha convertido en uno de los lugares favoritos por los visitantes y también por los locales, sobre todo al amanecer y durante el atardecer, cuando las vistas son aún más bellas; el espectáculo visual de la luz jugando con las nubes y el verde de los árboles se queda guardado en la memoria.
Otra de las razones por las que vale la pena llegar hasta aquí es porque este mirador de cristal forma parte del complejo turístico de la Barranca. De hecho, justo detrás de este mirador se encuentran los famosos Vitromurales de Zacatlán, una serie de murales elaborados con azulejos de colores que muestran escenas religiosas sobre la creación del universo, pasajes de la historia de este pueblo mágico y motivos prehispánicos. Su extensión es de 930 m y es la mejor forma de complementar la visita a este pintoresco rincón de Zacatlán de las Manzanas.